CAFÉ TEATRO, 8 AÑOS DE MÚSICA EN DIRECTO

Guitarras, cervezas, amigos que se reencuentran, mucha gente del bar… y por supuesto, música en directo. A cargo de artistas que son como de la familia; porque eso es el Café Teatro, una gran familia. Sólo así se explica que cada año por estas fechas se reúna tanta gente en este local de la calle Cánovas del Castillo para celebrar su cumpleaños. Y ya van ocho, por cierto; ocho temporadas a lo largo de las cuales se ha convertido en un referente de la noche vallisoletana, y también de la música en directo. Musivall compartió con ellos la fiesta de su 8º aniversario el pasado jueves 8 de noviembre.

 

«¿La filosofía del bar?» Cristóbal Martín, el encargado del local, se echa a reír. A Hueso, que es como le conoce todo el mundo, no le acaba de gustar lo de las entrevistas y los micrófonos, a pesar de lo cual hace un esfuerzo para atendernos. «Se trata de crear un espacio con buen ambiente, en el que la gente se pueda sentir a gusto, con buena música, rock and roll, y conciertos, claro…» El jefe está nervioso (es un día especial), pero también su segundo de a bordo, José Carreño. Es una persona muy conocida en el ambiente musical vallisoletano (ha actuado como cantautor desde los 15 años y actualmente tiene su propia banda, José Carreño y los Canseco), pero además ha vivido desde dentro 7 de los 8 años del Café Teatro, primero como camarero y dj, y desde hace unas cuantas temporadas, encargándose también de la programación musical del bar. Y actuando sobre su escenario, claro; su grupo cerrará el concierto con el que esta noche se da el pistoletazo de salida a la fiesta del 8º aniversario. «Esto se vive con mucha ilusión pero también con muchos nervios, porque siempre intentas que todo el mundo esté a gusto y que la gente lo pase bien, y eso es una responsabilidad que lógicamente recae sobre los que llevamos más años.»

 

Son las 20:30. El comienzo del concierto está previsto para dentro de una hora, pero conviene probar sonido; van a ser muchos músicos, prácticamente cada uno con su guitarra, y a pesar del ambiente festivo que se espera, cuanto más ajustado esté todo, mucho mejor. Los primeros en subir son Javi y Nono, bautizados como Sandía Gasolina. Javi debutó en este escenario hace tres años, y está encantado de poder aportar su granito de arena al aniversario: «Este garito es el que me ha dado la oportunidad de empezar en la música, siempre se han portado muy bien conmigo y he pasado en él muy buenos ratos.» Y buenas borracheras también, por aquello del rock and roll… «Un poquitín, para qué te voy a engañar; la vida del músico es así, siempre hemos sido unos incomprendidos que tenemos que sumergir nuestras penas en el alcohol…» Después de los Sandía le toca probar a Miguel, en representación del grupo Loove, que hace pocas semanas ofrecieron uno de los mejores conciertos del año en esta sala: «Para mí el Café Teatro somos todos; como Hacienda, pero de verdad…» (risas). Los primeros espectadores van llegando y se les nota sorprendidos ante la voz de Miguel, que se entrega en cada falsete.

 

«Hola, somos Arizona Baby, y hacemos rock and roll de influencia americana clásica con aromas country y mediterráneos.» Habla Javier Vielba, el líder del grupo; en principio iba a actuar en solitario (bajo el pseudónimo de «El Meister»), pero a última hora se presenta la formación completa. Total: dos guitarras acústicas, un set de percusión y dos voces. El técnico de sonido de la sala se concentra: los Arizona son, posiblemente, la banda más profesional de la noche, y hay que hacerles sonar como se merecen. Además, también son habituales en el bar: «En los agradecimientos de nuestro disco aparece el Café Teatro, y nos referimos a él como una casa lejos de casa; estés donde estés, siempre tienes aquí tu refugio, así que ojalá que sean muchos años más.» Sigue llegando gente, mientras tanto; José Carreño ha decidido no hacer prueba de sonido («mi guitarrista no puede llegar hasta dentro de un rato«), y tampoco David Vila, que será el primero en subirse al escenario. Además, no queda tiempo: hace unos minutos que han dado las 21:30.

 

Vila es otro hombre de la casa: esta temporada ha comenzado a pinchar en el Café Teatro los fines de semana de 10 a 12 de la noche, y la formación a la que pertenece, Stealwater, está sorprendiendo en los últimos meses en la escena vallisoletana. Su cantante defiende sus temas en solitario para abrir la noche musical, mientras el público va terminando de llegar y de saludarse. Después de cuatro canciones toman el relevo los Sandía Gasolina, con un pop acústico pero con mucho ritmo. El concierto está ya en marcha, mientras Hueso y Carreño vigilan que todo esté bajo control en esta noche festiva. Por cierto, que hasta ahora sólo el primer aniversario se había celebrado con un concierto, lo cual no deja de resultar curioso tratándose de un bar con tanta tradición en la música en vivo. «Es que organizar algo así al final es un follón muy grande», señala Carreño. «Hay que hablar con los grupos, prepararlo bien y demás; pero este año nos vimos un poco más valientes (se ríe), porque nos hemos notado ya bastante afianzados con los directos, y también porque la propia gente habitual del bar nos lo había comentado. Es bonito que los músicos de Valladolid nos pidan que en la fiesta del aniversario haya música en directo y quieran hacerle su pequeño homenaje al Café Teatro, así que aquí estamos.»

 

Mientras tanto, le ha llegado el turno a Miguel «Loove», que arranca las primeras palmas y bailes de un público que, poco a poco, se va entonando con sus versiones y canciones

propias con referencias inequívocas al brit-pop. Cuando suben al escenario los Arizona Baby, la gente termina por meterse definitivamente en el concierto y se escucha tararear algunos estribillos; en la planta baja ya no cabe nadie más, y el resto del local también empieza a poblarse. Y es que aún no lo hemos señalado, pero el Café Teatro tiene una gran ventaja respecto a otras salas de conciertos, y es la configuración de su espacio: la zona en la que se ubica el escenario está en lo más subterráneo del bar, separada de la barra principal por otro piso intermedio. Esta división suele ser suficiente para que la gente que se acerca tan sólo a tomar sus copas o cervezas no moleste a los que están abajo del todo disfrutando de conciertos que, en muchas ocasiones, necesitan de un ambiente íntimo y silencioso para que el artista se sienta cómodo (son habituales los cantautores). No es el caso de esta noche, en la que el objetivo principal es divertirse, pasar un rato agradable y reecontrarse con gente a la que hace tiempo que no se ve. Es el caso de Alberto, que ha venido nada más y nada menos que desde Londres. «Me fui para allá en verano a buscarme la vida, y no tengo pensado venir a Valladolid ni siquiera en navidades, pero el aniversario del Café no me lo podía perder; me hubiera dado cabezazos contra la pared», nos cuenta mientras José Carreño y los Canseco ponen el broche de oro al bloque de música en vivo.

 

(A la izquierda: arriba, Sandía Gasolina; abajo, Miguel «Loove». En el centro: David Vila. A la derecha: arriba, Arizona Baby;  abajo, José Carreño y los Canseco)

 

 

Con los Canseco se termina la música en directo… sólo por esta noche. Los conciertos vuelven la próxima semana, porque esto, como señala Hueso, «no fue algo improvisado, ni mucho menos; nos gustaban los conciertos e ir a bares donde hubiera música en directo, así que cuando montamos el bar teníamos claro que queríamos también ofrecer un espacio para que la gente pudiera expresarse. Y son ya ocho años… Mucho tiempo, ¿no?», dice con una carcajada. Mucho tiempo a lo largo del cual han pasado por aquí gran cantidad de artistas y grupos locales, para los que Café Teatro siempre ha tenido sus puertas abiertas, pero también músicos de renombre, como Leiva (de Pereza), el Maestro Reverendo, Nancho Novo, Julián Hernández (de Siniestro Total), Andy Chango, Ricky López o Eduardo Pinilla (guitarrista de Burning). A Carreño le cuesta quedarse con alguno en concreto: «Hombre, musicalmente me han impactado dos musicazos como Ñaco Goñi y Malcom Scarpa; pero también es bonito haber tenido a tipos agradables y agradecidos como Leiva y ver que después les van tan bien las cosas. De todas formas, cada jueves vivo una experiencia diferente y todas son importantes.» En cualquier caso, a lo largo de estos años no sólo ha habido música en el Café Teatro: su programación ha albergado también otro tipo de espectáculos como monólogos, cuenta-cuentos, festivales teatrales, e incluso exposiciones, en su primera época. Pero sí que es verdad que los conciertos han ocupado el escenario la mayor parte del tiempo; actuaciones no sólo de grupos o artistas por separado, sino también de forma conjunta, como las reuniones de cantautores en sendos homenajes a Joaquín Sabina e Ismael Serrano. El local fue, precisamente, pionero en organizar un concurso de cantautores en la ciudad, y con gran éxito; idea que, inmediatamente después, fue imitada por otros bares o discotecas de Valladolid, con distinta fortuna.

 

Es ya medianoche. Finaliza el concierto, pero la fiesta acaba de empezar y se prolongará hasta altas horas de la madrugada. No todos los días se cumplen 8 años de música en vivo; y en plena forma, además. Dejamos al Café Teatro con todas sus plantas llenas hasta la bandera y con su gente disfrutando de una noche especial. El próximo noviembre celebrarán el noveno, pero hasta entonces todavía quedan muchas veladas musicales que disfrutar en este céntrico bar de Valladolid.

 

*Agradecimiento especial a Irene González y Marta Güemes por las fotografías; y, por supuesto, a toda la gente del Café Teatro.